Nathalie Montoya

Cami... Hace tres años me regalaste un poema, uno que hablaba del sentido del viaje... De lo que nos espera en lejanos horizontes que tenemos que seguir descubriendo, construyendo... Hoy te devuelvo ese regalo, ese talismán, ese maravilloso poema de Cavafis, para todos nosotros también, porque es un lema para las almas que como tu, han nacido para descubrir Itaca, para perseverar aunque el viaje sea largo, para desterrar a los fantasmas y al fiero Poseidón con un alma alta, motivada, soñadora, puesta en el destino tozudamente aunque haya temporal para arribar a él:

"Cuando salgas de viaje para Itaca, desea que el camino sea largo, colmado de aventuras, de experiencias colmado. A los lestrigones y a los cíclopes, al irascible Poseidón no temas, pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino, si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita emoción te toca cuerpo y alma. 

Desea que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas estivales en que -!y con que alegré placer!- entres en puertos que ves por vez primera [...] y vete a muchas ciudades de Egipto y aprende, aprende de los sabios. 

Mantén siempre a Ítaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Pero no tengas la menor prisa en tu viaje. Es mejor que dure muchos años y que viejo al fin arribes a la isla, rico por todas las ganancias del viaje, sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas. 

Ítaca te ha dado un viaje hermoso. Sin ella no te habrías puesto en marcha. Pero no tiene ya más que ofrecerte. Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado: Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia, ya habrás comprendido el significado de las Ítacas!". 

A tu Ítaca, llegarás viejo y sabio y repleto de las riquezas que nos son regaladas en el camino... aún más si como el tuyo, este ha sido gozado, luchado, vivido intensamente, amado...  Te regalo también una  imagen, para que la atesores y la esgrimas como un talismán contra este Poseidón del camino: Ahí están ellas, nuestras Ítacas... Ellas que son el regalo del viaje: el inicio, el comienzo pero también nuestro destino de viejos y sabios... 

Sonará extraño decirlo, pero feliz radioterapia Cami, hoy, porque como yo lo veo, cada sesión es motivo de celebración, porque es un escaño alcanzado, conquistado por tu valentía, por tu fuerza, por tu convicción, para llegar a tu destino, para avanzar hacia Ítaca, para sanar.